Venus prehistoria

Arqueología y Prehistoria con perspectiva de género

La última entrada del blog (la de que las mujeres vikingas no vivían en una sociedad con igualdad de género, que podéis leer aquí) ha suscitado gran revuelo. En general las críticas han sido muy positivas pero, como siempre que se tratan estos temas con perspectiva de género, hay que lidiar con algunos comentarios de «seres» bastante poco educados y afortunados. Feminazi, ideología de género, corrección política, te lo inventas, no sabes nada, queréis cambiar la Historia, algún que otro insulto y bla bla bla bla.

Soy consciente que el mundo nórdico, y el vikingo en particular, es mundo en el cual una parte de su público está muy poco interesada en la historia de género. Pero por eso, precisamente, yo lo encuentro imprescindible y, por eso también, es uno de los temas que más me gustan y sobre los que más leo e investigo.

Y es que no se trata de cambiar la Historia cuando se construye un relato desde la perspectiva de género, se trata de hacerla más justa y de otorgar a las mujeres el reconocimiento y el lugar que han desempeñado en ella.  Eso sí, de forma rigurosa, no cayendo en deformaciones como las que indiqué en la entrada pasada.

En cualquier caso, como no quiero extenderme en esto, el propósito de esta entrada es recomendaros dos libros que a mí me gustaron mucho y que a algunos y algunas de las que estos días me habéis pedido bibliografía seguro que os pueden interesar: La mujer de los orígenes. Imágenes de la mujer en la prehistoria occidentalLa mujer en el origen del hombre. No son muy largos y son tremendamente esclarecedores para comprender cómo se han creado discrusos históricos sin perspectiva de género (y sus consecuencias).

Os cuento un poco.

perspectiva de género

Título: La mujer de los orígenes. Imágenes de la mujer en la prehistoria occidental
Autora: Claudine Cohen
Editorial: Cátedra (colección Feminismos)
Páginas: 176
Fecha de publicación: 2011
ISBN: 978-84-376-2896-7

La mujer de los orígenes de Claudine Cohen se lee en un suspiro. Es un libro que, aprovechando el análisis de cómo se ha tratado a la mujer en la arqueología prehistórica como disciplina, lleva a cabo un repaso muy interesante al desarrollo de esta ciencia, sus etapas, sus escuelas y sus teorías.

Es muy revelador ser consciente de la cantidad de tiempo que se ha hecho Prehistoria (e Historia) sin mujeres ni como sujeto de estudio ni como estudiosas en sí (especificar estas dos vertientes es tremendamente importante) y cómo poco a poco se intenta solventar ese problema aplicando la perspectiva de género en la snuevas investigaciones.

El libro repasa teorías pasadas como la de Bachofen, las teorías de la Gran Diosa de Maria Gimbutas (que aunque hoy en día esté desfasada siempre es muy interesante de leer porque son de los primeros pasos en la materia) o las corrientes más actuales que buscan alejar a las mujeres de la Prehistoria del único papel religioso que se les ha otorgado en muchas ocasiones (por ejemplo, todas las figurillas como las venus) y pretenden darles visibilidad en otros muchos aspectos cotidianos y variados, más reales y equitativos.

perspectiva de género

Título: La mujer en «El origen del hombre»
Autoras: María Ángeles Querol y Consuelo Triviño
Editorial: Bellaterra
Páginas: 334
Fecha de publicación: 2004
ISBN: 978-84-7290-256-0

Este libro es algo más largo y es algo más complicado de leer, pero también os lo recomiendo encarecidamente, para que veáis la importancia del lenguaje. Para mí el lenguaje inclusivo no es que digamos todos y todas. Eso es un paso, evidentemente (soy fiel creyente de que lo que no se nombre, no existe), pero el lenguaje verdaderamente inclusivo es que las mujeres estén representadas en todos los ámbitos y se incluyan en todos los discursos.

Podemos aceptar que en español el genérico es masculino (o no, yo me guardo ahora la opinión), es un debate interesante este en el que no voy a entrar ahora, pero también debemos aceptar que, bajo ese paraguas de lo genérico en masculino, dependiendo de quién lo está usando y para qué, su discurso excluye deliberadamente a las mujeres.

Véase, por ejemplo y que es de lo que trata este libro, de lo que se escribió en España durante el siglo XIX y XX al hablar de la evolución humana. De la evolución del hombre, mejor dicho, porque en todos (o casi todísimos esos textos: ensayos, libros de texto, panfletos, artículos…) de lo que se hablaba es del hombre. Varón. No de las mujeres, que aparecían de vez en cuando de forma diferenciada.

Primero fue el discurso creacionista, que siempre hablaba de hombres, no de mujeres. Si acaso aparecía Eva, de una costilla, y se tejía el discurso de la superioridad de Adán y, por ende, de los hombres.

A finales del siglo XIX la cosa comenzó a cambiar, llegó Darwin (y sus antecesores) y apareció la teoría del Evolucionismo. No os creáis que en España no nos costó pasar por el aro. Durante casi toda la Dictadura y buena parte de los años 70 muchísimos libros (¡de texto!) planteaban la evolución en términos creacionistas. Y así se educó buena parte de nuestra sociedad.

Total, que llegó el Evolucionismo y podríamos haber aprovechado para construir un discurso más moderno, más real, más científico y más inclusivo, pero no fue así. Para las mujeres la cosa no cambió: primero en nombre de Dios, y después en nombre de la Ciencia, la mujer era inferior y apenas valía la pena hablar de ella. Salvo que hiciese falta puntualizar que era notablemente inferior al hombre por cuestiones científicas y, por tanto, incontestables: que si las mujeres tenían el cerebro más pequeño y eran más tontas, que si nuestra naturaleza era débil, abnegada, bondadosa, histérica, charlatana y no podíamos gobernar, que si no valía la pena ni educarnos porque, total, con esa birria de capacidad craneal a saber si nos enterábamos de algo. Así que, de nuevo, primero en nombre de Dios y después de la Ciencia, la mujer mejor en casa, pariendo, criando y cuidando.

Este discurso Evolucionista, además, nos trajo consigo toda la construcción científica y antropológica de la prehistoria. Y se centró, por supuesto, en el hombre. Detrás de cada invento prehistórico, estaba el hombre; detrás de cada hallazgo (herramientas o utensilios de sílex, pinturas rupestres…), estaba el hombre. En todos los dibujos de manuales y libros de prehistoria, el hombre hacía cosas «importantes» y la mujer estaba ahí, medio en pelotas, cosiendo algo y cogiendo alguna frutilla. Cuando no la mítica imagen de la mujer cogida por los pelos y arrastrada por el suelo por el hombre. Se generó un relato que imaginaba, sin prueba alguna, que las mujeres estaban en las cuevas pariendo y cuidando de niños y niñas y apenas participaban en nada «importante» o «productivo».

Así, la mujer a lo largo no solo de la Historia, sino de la Prehistoria, ha sido invisibilizada, apartada, denostada y ninguneada. Empezamos a hacer ciencia en el XIX desde una óptica absolutamente misógina, androcentrista y patriarcal que siempre situó a las mujeres fuera del plano histórico. Que miró al pasado desde los ojos de su presente machista en el que las mujeres no valían nada y lo trasladó a ese discurso histórico. Así, haciendo pseudociencia (porque su discurso estaba cargado de prejuicios personales y moralina cero científica, porque usaban la ciencia para asentar su pensamiento y no para construirlo) se generaron discursos de roles de sexo, de repartición de trabajos para todas las épocas en los que los trabajos de los hombres eran los importantes (como la caza) y los de las mujeres, secundarios. Y eso valía para aseverar que los hombres eran más importantes que las mujeres y merecían más derechos que ellas. Más espacio público. Más atención. Más posibilidad y oportunidades.

Se conceptualizó la prehistoria desde una óptica social, cultural y familiar moderna y las mujeres de la prehistoria sufrieron el mismo trato que estaban sufriendo aquellas contemporáneas a los hombres que construían aquellos discursos.


Dicho lo cual, lo que espero encarecidamente es que si esta entrada debe generar algo, sea un sano debate, no (una vez más) algo tóxico en el que gente ofendida llegue a descalificar y a cuestionar mis conocimientos y mi investigación sin aportar un solo dato valioso. Ya sabéis, debatir siempre, pero mejor si es cuando hay algo que aportar. Y, por supuesto, si tenéis recomendaciones literarias al respecto, os animo a que las dejéis en los comentarios.

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2 comentarios en “Arqueología y Prehistoria con perspectiva de género”

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