Pre Era Vikinga y Era Vikinga Temprana (500 – 899)

En muchos sentidos, la Era Vikinga es un artificio o una invención. Entendida como la forma de cubrir un periodo que va desde finales del siglo VIII hasta mediados del siglo XI, ninguna fecha de comienzo o final tiene realmente sentido en el mundo nórdico/vikingo. En algunos momentos ese mundo se limitó solo a Escandinavia y gran parte del Norte de Europa; en otros se extendió hacia el oeste por las Islas del Atlántico Norte y algunas partes de América del Norte y, hacia el oeste, hasta los límites de Rusia. Algunos de los viajes de muchos escandinavos aún llegaron más allá.

Durante la Era Vikinga Escandinavia no era una entidad coherente y las naciones que hoy en día nos son familiares aún estaban por crearse. Toda la región era diversa tanto en su paisaje, en sus asentamientos y en sus formas políticas. Aunque sabemos mucho sobre sus pueblos/aldeas (como Ribe o Birka), estos fueron excepciones dentro de lo que fue una sociedad mayormente rural que vio la transformación política desde un mundo de tribus y pequeñas jefaturas hacia los inicios de la sociedad estatal.

Era Pre Vikinga y Era Vikinga temprana (h. 550-899)

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Los inicios

La fecha tradicional del inicio de la Era Vikinga es el año 793; el año en el que la Crónica Anglosajona recoge la «destrucción miserable de la comunidad monástica de Lindisfarne, Northumbria». Sin embargo, no hay forma de saber si esta entrada en la Crónica describe realmente la primera incursión escandinava en las costas inglesa e irlandesa y, en cualquier caso, la fecha tiene poca relevancia desde una perspectiva escandinava. Al otro lado del Mar del Norte la Era Vikinga fue un asunto de largo alcance prehistórico que representó el momento formativo del desarrollo del estado. Es por eso que cada vez tiene menos sentido establecer parámetros que utilizan eventos que sucedieron fuera de sus fronteras geográficas y se registraron en documentos extranjeros.

La realidad es que, de puertas hacia adentro, las características más importantes del periodo fueron el crecimiento de los mercados, la extensión de las redes de comercio marítimo y los importantes cambios sociales, económicos y religiosos que que dieron ‘en casa’.

Raíces más profundas

Investigaciones recientes han demostrado que, si bien el periodo hacia finales del siglo VIII estuvo marcado por importantes desarrollos en la cultura material y en el estilo artístico, los elementos fundamentales de la Era Vikinga –como el desarrollo de un transporte marítimo y eficiente de largo alcance– tienen raíces muy anteriores. Por ejemplo, se ha demostrado recientemente también que las personas viajaban entre los mercados  del Ártico noruego y el Sur de Escandinavia ya durante el primer cuarto del siglo VIII.

Al parecer, las incursiones surgieron de los viajes a larga distancia junto con una emergente red de comercio urbano. Los objetos intercambiados a través de esta red –y robados– se encuentran entre los objetos más importantes de esta época vikinga temprana.

Pero ¿qué provocó esas incursiones? Las incursiones en sí mismas no eran algo extraordinario, pero el hecho de que las campañas escandinavas estuviesen dirigidas hacia objetivos al otro lado del mar sí les dio un carácter particular, además de explicar por qué a sus víctimas les costó tanto responder adecuadamente.

El inicio de las incursiones

Parece ser que la motivación para llevar a cabo las incursiones no fue religiosa, cultural o ideológica, sino impulsada por la necesidad urgente de obtener ganancias materiales, mayormente en forma de esclavos y riquezas transportables. No obstante, se ha sugerido que cualquier fortuna amasada a través de expediciones de saqueo era, en comparación, menor que las ganancias obtenidas por impuestos, tributos o la propierdad de tierras de vuelta en el país, de modo que el riesgo y los gastos que conllevaban las epediciones deben tener otras razones.

Ciertamente el atractivo de lo exótico y la fama jugaron un papel importante, pero un elemento clave pudo haber sido el papel que desempeñaban los metales preciosos en la sociedad escandinava.

Este rol requiere de cierta explicación y, para ello, hay que irse a algunos siglos antes de la Era Vikinga. Fuera de los márgenes del Imperio Romano, la Escandinavia del siglo V se caracterizaba por ser un mosaico de muchas sociedades a pequeña escala que encontraron su estabilidad a través de la combinación de la guerra el intercambio de regalos. En este contexto el éxito militar era capital político esencial, y los objetos arqueológicos de esa época evidencian claramente la creciente importancia del espíritu marcial y la ostentación.

A mediados del siglo VI, probablemente como resultado de algún tipo de catástrofe natural la complejidad social comenzó a desmoronarse.

Se conocen como los fenómenos meteorológicos extremos de 535-536 o Pequeña Edad del Hielo de la Antigüedad tardía. Se cree que pudo deberse a un extenso velo de polvo atmosférico, posiblemente como resultado de una gran erupción volcánica en los trópicos o por el impacto de desechos espaciales contra la Tierra. Sus efectos de generalizaron y provocaron cambios de estaciones, malas cosechas y hambrunas en todo el mundo.

La reconstrucción de la sociedad debió ser traumática, con muchas facciones compitiendo por la supremacía local. En el horizonte, mientras tanto, la Europa Continental estaba floreciendo, comenzaban a surgir ciudades y centros comerciales alrededor de las costas del Mar del Norte y el Mar Báltico y la plata comenzó a inundar Europa desde el Califato árabe, convirtiéndose en el bien principal.

Esta era la situación en los albores de la Era Vikinga. En una sociedad con una jerarquía realmente frágil es fácil de imaginar cómo una campaña de saqueo exitosa en el extranjero podía elevar la posición de un jefe. Además, el saqueo de lo exótico podía haber tenido un valor particular como regalos y obsequios, utilizados para sellar alianzas y asegurar lealtad. En un mundo tan dinámico e inestable los matrimonios políticos debieron ser muy importantes y es, probablemente, en este contexto en el que deberíamos entender los trabajos metalúrgicos ingleses e irlandeses saqueados y depositados más tarde en tumbas femeninas en el oeste de Escandinavia. Así, lo que faltaban no eran exactamente mujeres, sino posición social y riqueza suficiente para acceder a un matrimonio con una de alto estatus.

Estas primeras incursiones saciaron poco la sed por riquezas fáciles de transportar y la actividad militar fue en aumento durante la primera mitad del siglo IX. En el año 865 la Crónica Anglosajona registró la presencia de una micel here (una Gran Ejérciro) en Anglia Oriental. Después de una campaña militar prolongada en la península, Alfredo el Grande, rey de Wessex, finalmente consiguió negociar con los invasores. El norte y el este de lo que hoy es Inglaterra quedaron bajo dominio nórdico para que los escandinavos se asentasen y, más tarde se conoció como Danelaw. Algunos miembros del Gran Ejército asumieron nuevos roles como señores rurales, mientras que ciudades como York se convirtieron en potencias económicas y puntos de intercambio cosmopolita.

Si queréis leer sobre las causas de la Era Vikinga, podéis pinchar aquí.

Piezas arqueológicas

Yelmo de Valsgärde

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Finales del siglo VI.
Hierro, láminas. Circunferencia Interior 64cm, altura 17cm.
Origen: Valsgärde, Suecia.
Gustavianum, Uppsala, Suecia.

Nuestro conocimiento de los yelmos de la Era Vikinga proviene, en gran medida, de fragmentos; sin embargo, sí tenemos ejemplos completos de yelmos de la Era de Vendel (previkingos c. 550-793) que se depositaron como ofrendas en cementerios como el de Valsgärde. Este se encuentra en el centro de Suecia, cerca de Gamla Uppsala, cuna de los reyes suecos y centro del culto en la zona.

Este yelmo es, probablemente, el mejor ejemplo que tenemos. Realizado con láminas de hierro espectacularmente repujado, una espectacular guarda y un almófar de cota de malla.

Ha sido tentador identificar estos impresionantes yelmos como elementos de simple exhibición, pero en este periodo de transformaciones y cambios políticos el poder se sostenía gracias a la combinación de fuerza militar, consumo ostentoso y la generosidad de los dirigentes.

Así pues, es difícil separar lo militar de lo estético, ya que los líderes locales mantuvieron su estatus a través de demostraciones ostentosas de destreza militar.

Placa de hueso de ballena

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Siglo VIII- finales del IX
Hueso animal (ballena). 22×18,3×0,8 cm
Origen: Noruega
Walters Art Museum, Baltimore, E.E.U.U.

Placa tallada a partir de una sola pieza de hueso de ballena con un un par de cabezas de dragón torneadas, talladas con habilidad en estilo reconociblemente escandinavo. Estas cabezas con forma de monstruo o dragón son similares a las que se han hallado en las proas de algunos barcos, un estilo típico de decoración vikinga.

Destacable es que el área central de la plaza está exenta de decoración, lo que puede indicarnos su función. Se han interpretado como tablas de alisado o planchado, utilizadas conjuntamente con alisadores de lino hechos de vidrio, ta vez para doblar la ropa (doblando y enrollando en la placa mientras aún estaba húmeda y dejándola secar), pero no es un debate cerrado. También podrían haber sido algún tipo de trabajo de artesanía o haberse utilizado para preparar o servir alimentos, como bandejas.

Estas placas son hallazgos bastante comunes en tumbas de mujeres de alto estatus, especialmente en Noruega (aunque famosa es la hallada en Scar, norte de Escocia). En este contexto habría poca conexión con tablas de planchar probablemente.

Molde de cabeza de dragón

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Hacia 900
Piedra (esteatita). Longitud: 4,1 cm
Origen: Birka (Suecia)
Historiska Museet, Estocolmo, Suecia.

Localizada en la isla de Björkö, en el Lago Malaren, Birka fue un próspero centro comercial durante la Era Vikinga. En su apogeo llegó a estar densamente poblado contando según el momento con entre 1500 y 3000 habitantes. Esto contrastaba enromemente con los asentamientos de los alrededores, que no debían contar con más que un puñado de familias. Con conexiones hacia rutas comerciales de larga distancia hacia el este, sur y oeste, Birka fue el más bullicioso centro cosmopolita del este de Escandinavia durante la Era Vikinga.

En 1887, el granjero Johan Teller descubrió un molde de esteatita en su granja de Birka. La esteatita es una roca suave a base de talco muy popular para tallar durante el periodo vikingo. En ese contexto permitió la talla exquisita y finísima de una cabeza de dragón danod lugar a un molde que rellenar posteriormente de metal para crear un alfiler adornado o algún tipo de accesorio decorativo. Tan intricado es el diseño que esta cabeza de dragón se ha convertido en un emblema de la Era Vikinga en Birka.

Pero la historia continua. Durante las excavaciones en el puerto de Birka en el año 2015 el equipo de arqueología descubrió un pequeño objeto de bronce con forma de cabeza de dragón. Inmediatamente reconocieron que tenía que ser un objeto realizado con el molde de esteatita.  Ahora ya se sabía qué era: un alfiler para decorar algún vestido del que ya solo quedaba la cabeza ornamental.

Si queréis leer sobre la ciudad de Birka podéis pinchar aquí.

Colgante de bestia entrelazada

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Finales siglo IX – siglo X
Plata. Diámetro: 4cm
Origen: Lago Tissø, Dinamarca
Nationalmuseet, Copenhaguen, Dinamarca

El colgante está decorado con una bestia entrelazada estilo Borre clásico en el que se muestra agarrando tanto su propio cuerpo como el marco del colgante.

El arte de la Era Vikinga se organiza en una secuencia de fases estilísticas que, a pesar de cierta superposición en estilo y gerografía, pueden definirse y distinguirse tanto por elementos formales del diseño como por composiciones y motivos recurrentes.

El Borre es el segundo de los estilos, tras el de Oseberg. Debe su nombre a la tumba con barco hallada en el cementerio de Borre en Vestfold, Noruega y prevaleció en Escandinavia entre finales del siglo IX hasta finales del X.

La bestia entrelazada con garras prensiles continúa siendo la carácterística principal del estilo que ya se presentaba en el anterior. Este motivo se extendió rápidamente por todo el Norte de Europa como componente en el diseño de broches ovales, que se producían en cantidades enormes durante la Era Vikinga. Este tipo e colgantes se han encontrado por toda Escandinavia, en Inglaterra y en Rusia. Se habría utilizado en collares, a veces con cuentas, separadores y otro tipo de colgantes en el propio collar.

Si queréis escuchar un podcast sobre arte nórdico podéis pinchar aquí.

Bibliografía

ASHBY, Steve. LEONARD, Alison. Vikings. Pocket Museum. Thames & Hudson. Nueva York, 2018.

BRINK, Stefan. PRICE, Neil, eds. The Viking Wolrd. Routledge, Nueva York, 2012

WILSON, David M. The Vikings and their origins. Thames & Hudson, Londres, 2010

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