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NOTA: No es mi intención destriparle la serie a nadie, asumo que si entráis a leer los comentarios sobre la serie es porque la estáis viendo, sin embargo – y aunque no me he leído los guiones de la serie, ¡ojalá! – es probable que al hablaros de los aspectos históricos reales de la misma incurra en algún que otro spoiler involuntario.
Como siempre, vamos a dividir el artículo por geografía más que por escenas para mayor comodidad de lectura y de coherencia a la hora de explicaros los hechos.
ESCANDINAVIA.
Kattegat.
La historia del hombre extraño – Harbard – y las mujeres de Kattegar – Helga, Aslaug y Siggy – sigue siendo de lo más extraña y misteriosa, ¿no creéis? Y no es para menos, ya que los acontecimientos que tienen lugar en este capítulo son de lo más desconcertantes. Una vez más, yo voy a intentar explicaros – en la medida que la mitología y la historia me permitan – de qué va toda la trama.
Empezamos esta parte con una preciosa vista de lo que es Kattegat como aldea vikinga y, la verdad, es que es uno de esos aspectos de la serie que a mí, personalmente, me parece que está muy logrado. Os dejo unas comparaciones de reconstrucciones de asentamientos vikingos de lo que vendría a ser el tamaño del de Ragnar y los suyos.
Estamos en la Casa Comunal, la langhús, de la aldea y vemos que Ivar sin Huesos está llorando, sin que Aslaug pueda consolarlo. Ésta pregunta a Siggy dónde está Harbard y que lo mande a buscar para que calme a Ivar, pero Siggy parece no tener ningunas ganas de encontrarse con él y le dice que no.
Sin embargo, éste aparece como por arte de magia y vuelve a calmar al pequeño. Cuando se va, Siggy se acerca a él y le increpa:
Siggy: ¿Quién eres?
Harbard: Ya sabes quién soy.
Siggy: No, no lo sé. Tienes mucho poder. ¿Eres un dios?
Harbard: Ojalá, ¿pero quién no desearía tal cosa?
Más tarde, Aslaug, muy arreglada y regia ella, se dispone a salir de la Casa Comunal y Siggy la increpa – porque es su tarea en este capítulo – y le pregunta dónde va y con quién. La reina le dice que no es de su incumbencia, pero bien que lo sabe Siggy, quien le dice que – como regente y líder de la granja y aldea ahora que Ragnar no está – está desatendiendo sus obligaciones y que tiene que gobernar y a atender a la gente. Esto es cierto, Siggy tiene razón. Cuando el líder de una comunidad abandonaba ésta durante un tiempo – por viaje de saqueo, de expedición, de comercio – al cargo de esta comunidad generalmente se quedaba su mujer que, dependiendo del rango de la comunidad podía ser la reina – aunque ya sabéis que el concepto de rey para los vikingos era algo distinto al que había por el mismo momento histórico en Occidente, por ejemplo –, la mujer del jarl o la mujer del hombre libre a cargo de una granja, esto es, la húsfreyja. Pero Siggy le echa todo el morro y le dice que si no quiere la responsabilidad, ya la asumirá ella con mucho gusto. Ay, bribona, cómo echa de menos ser la señora del jarl. Y, para más inri, luego la vemos sentada en el trono de Aslaug con las pieles encima, divina como no la veíamos desde la temporada uno.
Y Aslaug se va y se encuentra con Harbard y se dedican a pasear por la aldea (muy desierta, por lo que asumimos que mucho gobierno tampoco debe tener que ejercer) y Harbard, el cuentahistorias le cuenta una. Le dice que una vez conoció a una mujer llamada Astrid, la mujer más bella que había visto, que había tenido que refugiarse a una isla en medio de un lago tras el asesinato y masacre de toda su familia. Estando en la isla se la presentaron y resultó ser una ninfómana que necesitaba mucho sexo y fue “obligado” a acostarse con ella (debía ser la prima vikinga de Kwenthrith). Nueve meses más tarde supo que había dado a luz a un niño llamado Olaf, que hoy en día es el Gran Duque de Kiev y de toda Rusia.
Veamos, aparte de una historia muy curiosa, lo que es esto es una mezcla de cosas y un anacronismo como la copa de un pino que me ha costado mucho – muy mucho – desenredar para explicaros aquí.
En primer lugar, asumo que está hablando de Olaf Tryggvason, hijo de Astrid Eirikisdótter, pero éste señor no vivió en el año en el que estamos ahora, que es en el 800 y poco, sino alrededor del año 1000. Por otro lado, en el año 800 y poco Rusia no existe, así como tampoco ningún título de Gran Duque de Kiev. Y, por supuesto, el padre de Olaf no es él.
Pero vayamos por parte uniendo la historia.
¿Qué es Kiev? La Rus es el nombre con el que conocemos a la población que habitó las zonas del Jananato de Rus y la Rus de Kiev. El jananato de Rus fue una ciudad estado que emergió en lo que hoy es el norte de Rusia entre finales del siglo VIII y principios del siglo IX que albergó protociudades como Holmgard (Nóvgorod) y Aldeigja (Ládoga) y que se considera el antecesor de la Rus de Kiev, un estado medieval monárquico que surgió en la Europa Oriental a finales del siglo IX. Éste se fundó a manos de la Dinastía Rúrika, una dinastía de varegos gobernantes en Nóvgorod, con centro de poder establecido en la ciudad de Kiev y cuyo final se fecha a mediados del siglo XII. La primera vez que encontramos el pueblo rus mencionado en fuentes es en el año 839, en la crónica franca Annales Bertiniani, donde los francos usaban el nombre rhos para referirse a los Suecos, en concreto a las expediciones suecas que partían de Uppland. Crónicas posteriores, como la Crónica de Néstor o Primera Crónica Rusa del Rus de Kiev de 1113, se refieren a éstos como varegos que se trasladaron hasta las zonas eslavas para terminar con el conflicto que existía entre eslavos y fineses en el territorio de Nóvgorod y que, posteriormente, fundaron Kiev, el embrión de la actual Rusia.
¿Quién es Olaf? Olaf I de Noruega, Olav Tryggvason (n. entre 963 y 969 † ¿9 de septiembre de 1000?), fue rey de Noruega desde 995 hasta 1000. Hijo de Tryggve Olafsson, rey de Viken, y bisnieto de Harald I de Noruega, así como el hijo de Astrid Eiriksdotter. El rey Tryggve murió asesinado en una emboscada concertada por Gottorm Eriksson, hermano de Harald II de Noruega, ambos hijos de Erirík Hacha Sangrienta pues su linaje era directa competencia por el trono noruego. Harald II tuvo conocimiento de que Ástrid estaba embarazada e inició una búsqueda con la excusa que deseaba apadrinar al niño; Gunnhild la madre del rey Harald y consorte del fallecido Eirík Hacha Sangrienta, tuvo especial interés en localizarlos y envió espías a Oppland sin resultados. Más tarde, en la primavera de 964, envió a treinta hombres armados a la hacienda de Eirik Bjodaskalle para capturar a Ástrid y su hijo, pero Eirik ya había preparado con antelación la fuga de su hija y su nieto, junto con Thorolf Lusarskeg (el inseparable padre adoptivo de Ástrid) y dos guías. Astrid llegó hasta la hacienda de Hakon Gamle, un caudillo de Suecia, amigo íntimo de su padre, donde permaneció a salvo durante dos años (965 – 966). Gunnhild envió a un embajador para solicitar al rey sueco Erico el Victorioso ayuda para traer a la corte noruega a Ástrid y su hijo con la falsa intención de apadrinar al niño. Erico le dio hombres al embajador para acompañarle a la hacienda de Hakon Gamle donde exigió que se les entregara a ambos, amenazando con la violencia si fuera preciso. Ese incidente hizo pensar a Ástrid, que era momento de partir hacia Gardariki y someterse bajo la protección de su hermano Sigurd Eriksson. La nave que los llevaba a Gardariki fue interceptada por vikingos osilianos (fineses y estonios), la tripulación y el pasaje capturados, unos murieron y otros fueron vendidos como esclavos, entre ellos la misma reina Ástrid y el pequeño Olav. Años más tarde, un mercader llamado Lothin reconoció a Ástrid en uno de sus viajes y compró su libertad con la condición de regresar a Noruega y casarse con él. Ástrid, maltrecha y castigada tras tanto tiempo de esclavitud no dudó en valorar la oferta, ya que conocía a Lothin y sabía que era un vikingo de noble linaje, valiente y rico. Al regresar a Noruega se casaron con el consentimiento de las familias, de esa relación nació un varón, Thorkel Nefja y dos hijas, Ingiríth e Ingigerth[1].
Garðaríki o Garðaveldi es un término del nórdico antiguo utilizado en la edad media para los estados del Jaganato de Rus y de la Rus de Kiev. La forma abreviada Garðar también se refiere al mismo país, al igual que el término general de “Oriente”, Austr, con sus varias derivaciones: Austrvegr («camino del este»), Austrlönd («tierras del Este») y Austrríki («reino del Este»). Un tercer conjunto de nombres consistió en Svíþjóð hin mikla («Gran Suecia») y víþjóð hin kalda, («Suecia fría»), que probablemente se refería a un origen escandinavo del este de muchos de los colonos nórdicos en la región. El significado de la palabra Garðaríki suele interpretarse como “el reino de las ciudades”, o “el reino de los pueblos”,3 que probablemente se refiere a una cadena de fortalezas nórdicas a lo largo del río Volkhov, a partir de Lyubsha y Ladoga. Gardar contiene la misma raíz que como el eslavo gord (ciudad) y jardín del inglés. Garðr se refiere a una pared o a una fortificación, pero acabó adquiriendo el significado de todo lo que abarcaban. La etimología germánica del último elemento (ríki), coincide con la de la palabra Reich. Como los varegos se referían principalmente a las tierras del norte de Rusia, sus sagas consideraron la ciudad de Holmgard (Holmgarðr, Novgorod la Grande), como la capital de Gardariki. Otras ciudades locales mencionadas en las sagas son Aldeigjuborg (Stáraia Ládoga), Kœnugarðr (Kiev), Pallteskja (Polotsk), Smaleskja (Smolensk), Súrsdalar (Súzdal), Móramar (Múrom), y Ráðstofa (Rostov)[2].
Otras fuentes nos dicen que no se sabe la fecha exacta de su nacimiento. La Heimskringla señala que nació poco después del asesinato de su padre en 963, mientras que otras fuentes sugieren una fecha entre 964 y 969. Según la Saga de Olaf Tryggvson, de Snorri Sturluson, la fuente de donde más se sabe de Olaf, éste nació en un islote en el fiordo de Randsfjorden, donde su madre Astrid se mantenía escondida de Harald Gråfell, el líder de los asesinos de su esposo y rey desde 961. Su padre, rey de Viken, había sido asesinado por Harald, quien pretendía reunificar Noruega. Astrid decidió marcharse a Garðaríki donde su hermano Sigurd estaba al servicio del rey Vladimir I. Olaf contaba con tres años cuando partió junto con su madre a bordo de un barco mercante de Nóvgorod. En el mar Báltico, el barco fue capturado por una banda de osilianos y sus pasajeros fueron asesinados o vendidos como esclavos. Olaf, su padre adoptivo Thorolf Lusarskeg y el hijo de éste, Thorgils, fueron esclavos de un hombre llamado Klerkon. Éste mató al hombre por considerarlo demasiado viejo y vendió a los dos niños a un hombre, que a su vez los vendió a un tal Reas. Seis años después. Sigurd Eriksson, el tío de Olaf, visitó Estonia en su función de recaudador de impuestos y, al encontrar a un niño de gran belleza, le preguntó acerca de su familia. Tras enterarse que se trataba de su sobrino, Sigurd compró a los dos niños a su amo y los llevó con él a Novgorod, donde vivieron bajo la protección del rey Vladimir. Un día Olaf encontró en la plaza de Novgorod a Klerkon, su antiguo amo en Estonia, y lo asesinó de un hachazo en la cabeza. Una turba siguió al joven con la intención de ajusticiarlo por el crimen, pero Olaf se refugió bajo la protección de la reina Allogia, quien pagaría para calmar a la muchedumbre.
Cuando Olaf creció, Vladimir le confirió el cargo de jefe de sus ejércitos, pero después de un par de años el rey se mostró celoso de la popularidad del joven entre los soldados. Temiendo que Olaf pudiera ser una amenaza para la seguridad de su reino, Vladimir dejó de tratarlo amistosamente. Olaf decidió entonces que era mejor buscar fortuna en otra parte, y marchó al Báltico. De modo que, Tras haber sido educado en la corte de Rusia por el exilio de su madre, Olaf se dedicó al saqueo en el Mar Báltico y el Mar del Norte. Vivió en Polonia, Irlanda e Inglaterra, lugar donde se convirtió al cristianismo. Alcanzó la corona de Noruega en el 995. Una vez en el trono, intentó extender la fe cristiana por su reino, pero se enfrentó con la rivalidad de Dinamarca. En una de esas batallas falleció en el 1000, posiblemente al caerse de un barco[3].
Y tras contarle la historia, Aslaug le dice muy afligida que está en eterna gratitud con él por lo que ha hecho por su hijo, pero Harbard le dice que es lo que habría hecho por cualquier criatura que estuviese sufriendo. Y con estas, se acuestan.
Por último tenemos la escena en la que están Helga y Siggy cuidando de los niños y, en un momento de despiste, Ubbe y Hvitserk – los hijos más mayores de Aslaug y Ragnar – se escapan de la Casa Comunal y Siggy, que tiene un presentimiento malo, los sigue. Los encuentra caminando encima del lago helado que, finalmente, cede bajo sus pies y los niños caen al agua helada. Siggy se zambulle para rescatarlos y tendrá una alucinación con Thiry, su hija fallecida en la primera temporada, pero en realidad es Harbard que, según parece, no hace ningún intento por salvarla y deja que muera congelada y ahogada. ¿Qué significa esto? Pues no lo sé, realmente. Pero parece que cada vez que Harbard salva a Ivar, alguien se va a al otro barrio.
La última escena en Kattegat es Harbard en la Casa Comunal, con Helga y con Aslaug y éstas se muestran muy esquivas y hurañas con él.
Entonces él les dice que entiende que ya no quieran más su compañía, que no suele estar mucho tiempo en el mismo sitio, pero que sabe que Siggy está feliz en el Valhalla con su marido y sus hijos. Y yo no dudo que esté feliz, lo que dudo es que esté en el Valhalla ya que Siggy no ha muerto en batalla, ni tampoco lo hizo Thiry. Su marido, el Conde Haraldsson sí murió luchando, pero sus hijos murieron asesinados, por lo que – en estrictos términos mitológicos – el único que estaría en Valhalla, sería el Conde Haraldsson. El resto estarían o bien con Thor, o bien con Hel. ¿Pero cuántos destinos tenían los vikingos? Pues unos cuantos según parece. La mitad de los guerreros caídos en batalla eran recibidos por Odín en Valhalla, la otra mitad eran recibidos en el palacio de Freyja. Thor recibía las almas de los campesinos y los esclavos y, como veremos, aquellos que morían de forma poco honrosa, los delincuentes y las malas personas habrían ido a parar a la morada de Hel, un destino poco apetecible.
En este punto seguimos en la disyuntiva del análisis del capítulo anterior, en el que os intentaba explicar quién puede ser este dios. Para mí, después de macerarlo un poco, de meditarlo y, sobre todo, tras ver que se acuesta con Aslaug, se trata de – si hemos de escoger un dios concreto – Odín. Primero, porque hay pocos dioses que veamos en la mitología nórdica que no sólo deambulen por Midgard, el mundo de los humanos, sino que además interactúen de esa forma con ellos e, incluso, se acuesten con mujeres. Además del caso de Odín, tendríamos el de Heimdall – quién creó las clases sociales de la sociedad vikinga al acostarse con varias mujeres, podéis leerlo pinchando aquí –, pero Heimdall no termina de encajar en el papel como sí lo hace Odín. Segundo, como “wanderer” (vagabundo en el sentido de errante o caminante) sólo hay uno, y es Odín.
Hedeby.
Y aquí la historia empieza a liarse. Kalf, el bueno de Kalf, ha usurpado aparentemente de todas todas el puesto de Lagertha con ayuda de su amigo Einar. Éste le avisa al nuevo jarl de que Lagertha debe estar a punto de regresar y que lo hará arropada por sus hombres, los más jóvenes y fuertes de la aldea que se fueron con ella, embravecidos por la batalla y el botín y absolutamente fieles a ella. Pero Kalf ha pensado en todo, porque es un chico listo. Y sus invitados son nada más y nada menos que Erlendur, el hijo del fallecido rey Horik (que además de tener nombre de elfo en plan “soy Erlendur, hijo de Arathorn, heredero de Isildur, señor de los Dunedain, heredero del trono de Gondor, apodado Trancos, Capitán de los Montaraces del Norte” también le han puesto un peinado como muy hardrockero, le falta un turbante y un poco más de laca) y su viuda, que ya ha dado a luz al hijo de Borg, pero que se ha casado ahora con Erlendur. Y ha tomado mucho el sol, o se ha maquillado con nutella, porque el contraste entre su pelo blanco y su piel tan rara parece una foto de Pachá un sábado por la noche.
De esta alianza no puede salir nada bueno, nada.
…
INGLATERRA.
Mercia.
El ejército de Ragnar y Ethelwulfo regresa al campamento y vemos que Thorunn sigue realmente mal. Por otro lado, Ethelwulfo ha aprendido a chapurrear algo de nórdico antiguo e intenta hablar y hacerse amigo de Floki y Rollo. Este último habla con él, pero Floki no quiere saber nada, por lo que el príncipe de Wessex se termina marchando y eso origina una interesante conversación entre Rollo y Floki, que sigue en sus trece con el tema de ser amigos de los cristianos.
Floki: Menos mal que eras Rollo el guerrero, el martillo de la cruz, ¿dónde está tu alma? ¿Dónde está tu creencia?
Rollo: Floki, olvídalo, Esto (señalando a su alrededor al campamento con vikingos y cristianos) es el futuro. No podemos luchar contra todo el mundo, debe haber cooperación, alianzas, como las hay entre los dioses. Ése es el camino a seguir.
Floki: Bueno, bueno, parece que la magia de tu bautizo cristiano ha funcionado después de todo. Dijiste que era una broma, pero quizá te lo tomaste en serio.
Y aunque Rollo intenta hacerle ver que no, que eso no lo hizo en serio, no da su brazo a torcer. Y esta escena es interesante por varias cosas;
La primera, porque habla de una “alianza entre dioses” y a lo que se refiere es a lo que en motología nórdica se conoce como la guerra entre los dioses Æsir y los Vanir. Los Æsir, Aesir o Ases, en singular As o Ass, eran la principal clase o raza de dioses nórdicos, siendo las diosas Ásinjur, en singular Àsynja. Estos dioses vivían en Asgard y entre los principales destacaban Odín, el padre de todos, Frigg, Thor, Balder, Týr y Loki, aunque éste último sea una figura que encierra cierto misterio y controversia. Estos dioses celebraban sus consejos – lo que los hombres transformaron en sus thing o asambleas de gobierno – en el palacio Gladsheim y se mantenían siempre jóvenes comiendo las manzanas que les proporcionaba la diosa Iðunn. A pesar de que Snorri así lo creyó, los Ases no son originarios de Asia, sino que Ass viene de una palabra germánica cuyo significado es dios, ōs[4]. Eran los dioses de la guerra y de lo bélico, así como los dioses de un plano más espiritual, en contraposición – como veremos – a los Vanir. Los Vanir o Vanes eran la otra familia de dioses de la mitología escandinava, eran los dioses del mar, del viento, de los bosques y de las fuerzas de la naturaleza, los dioses de la fertilidad y la fecundidad, la prosperidad, la riqueza, el placer y la paz; eran dioses terrenales frente a los Æsir, que eran dioses del plano espiritual. Poseían el conocimiento de la magia y practicaban la endogamia y el incesto porque entre ellos era algo normal. Estaban vinculados a la tierra que produce las cosechas y al mar que proporciona alimento y navegación. Vivían en Vanaheim y los principales eran Njörðr, Frey, Freyja y Skaði. En las Eddas se han llegado a identificar con los elfos Alfar. El origen del nombre Vanir podría derivar del antiguo nórdico vinir, traducido por “amigo”[5].
Según las historias de la mitología nórdica al principio de los tiempos estalló un conflicto que terminó en una guerra entre los dos grupos de dioses; los Æsir y los Vanir, suponiendo ésta la primera contienda del mundo. Este conflicto aparece mencionado en las fuentes primarias para la mitología, como son la Völuspá, la Edda Poética, la Edda Prosaica, la Heimskringla y el Skáldskaparmál. Para terminar con esta ofensiva, Æsir y Vanir acordaron llevar a cabo un intercambio de rehenes, algo muy típico en las guerras durante, por ejemplo, la Edad Media. Los Vanir enviaron a Njorðr y a sus hijos Freyr y Freyja, dioses ricos, y a Kvasir, el dios más sabio de los Vanir. Los Æsir enviaron a Hoenir, un dios grande, guapo y considerado el mejor jefe existente y también enviaron a Mímir, un dios sabio de gran entendimiento. Dadas sus supuestas características, entre los Vanir Hoenir se convirtió rápidamente en el jefe, acompañado de Mímir, quien le daba buenos consejos para gobernar; sin embargo, cuando Mímir no estaban presente, Hoenir no sabía desenvolverse y siempre contestaba lo mismo “que decidan otros”. Los Vanir terminaron por creerse engañados por los Æsir y, como venganza, decapitaron a Mímir y enviaron su cabeza a los Æsir. Odín, enfadado, cogió la cabeza, la embalsamó con hierbas mágicas para preservarla y le otorgó así el poder de hablarle y revelarle secretos. Por otro lado, Odín nombró a Njörðr y Freyr como sacerdotes de los sacrificios y se convirtieron así plenamente en dioses Æsir, además, convirtió a Freyja en sacerdotisa de los sacrificios. Freyja introdujo entre los Æsir la magia seiðr, que no conocían anteriormente y que, generalmente, se reservaba a las mujeres. Una vez juntos, construyeron la unidad[6].
La segunda cosa que hace interesante a la escena es porque nos recuerda que Rollo, en la temporada primera se bautizó para sellar una alianza entre el rey Aelle de Northumbria y los vikingos. Si no recordáis la escena aquí os dejo unos gifs que me encantan y no me canso nunca de ver. Las caras que pone Rollo son de estar muy metido en el papel. También os dejo la escena, por si no la recordáis.
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La tercera es que parece que nos está abonando un poco el terreno la cosa para, tal vez, darle a Rollo en capítulos o temporadas posteriores un poco de paralelismo con su historia real. ¿No la conocéis? Os la cuento un poco por encima. (el texto lo extraigo íntegro de mi libro sobre la serie Vikings, que podéis ver aquí).
Si buscamos un poco en la historia de los grandes personajes vikingos nos será realmente fácil encontrar en quién se ha podido basar la serie para crear el personaje de Rollo. Ni más ni menos que en Rollón el Caminante, el primer Duque de Normandía. El primer normando. Hrólfr Röngvaldsson en nórdico antiguo o Göngu-Hrólfr se ha traducido, latinizando el nombre, por Rollón el Caminante o el Errante, sobrenombre que, según nos cuentan las Sagas, se ganó debido a que era tan grande y tan pesado que ninguna montura podía con él y no le quedaba otro remedio que ir andando a todas partes. Nacido alrededor del año 846, fue un jarl o un líder noruego que aparece en las Sagas Islandesas y en la Gesta Danorum de Saxo Gramático entre otras fuentes históricas y todo apunta que fue un personaje real, no legendario. Su padre era Rognvald Eysteinsson, un jarl de Møre también llamado Rongvald el Sabio que fue el conquistador y en consecuencia el primer jarl de las Islas Orcadas. Cuando lo exiliaron de Noruega en el año 874 encabezó un grupo de vikingos que hasta entonces se dedicaban al pillaje en el Mar del Norte y en el Canal de la Mancha, sin embargo, parece ser que lo que Hrólfr buscaba no era dedicarse al pillaje, sino hallar y conquistar nuevas tierras en las que asentarse.
Las incursiones de Hrólfr en el Sena comenzaron en el año 885, año en el que, bajo las órdenes del líder vikingo Sigfried, sitió la ciudad de parís. En el año 886 Sigfried se retiró de la zona a cambio del pago de un danegeld, un impuesto o tributo que se puso muy de moda durante la Era Vikinga en aquellas zonas asaltadas por los vikingos para evitar que éstos saquearan todo lo que encontraban a su paso. Aunque la mayoría de los hombres de Sigfried se volvieron con él, Rollón decidió quedarse en la zona a cambio de recibir un pago para sitiar Borgoña, uno de los territorios rebeldes del Imperio Franco. Posteriormente regresó a la zona del Sena con sus hombres desembocando en el Sena en el año 896, donde establecieron un campamento desde el cual comenzaron a hostigar zonas como Ruan, París o Chartres, ciudades que saquearon entre los años 910 y 911. Los señores de la zona, amenazados, acudieron a defender los territorios (el marqués de Neustria, el duque de Borgoña y el conde de Dijon) y derrotaron a Rollón en la Batalla de Chartres en el año 911. Pese a que las crónicas francas hablan de una gran derrota, esta no debió ser tan magna y tal debió ser el empite de Hrólfr y sus hombres por la zona que el entonces rey de los francos, Carlos III apodado el Simple, hastiado de los ataques vikingos, decidió firmar un tratado de paz con ellos, conocido como el Tratado Saint-Clair-sur-Epte, el 11 de Junio del 911, por el que Carlos III otorgaba a los vikingos todo el territorio comprendido entre los ríos Epte y Oise, es decir, los condados de Ruan, Éureux y Lisieur, lo que entonces correspondía a una parte de Neustria y lo que sería el embrión de la futura Normandía. A cambio, Hrólfr aceptaba la conversión al cristianismo, su bautizo y el de todos sus hombres en la Catedral de Ruan en el año 912, cambiaba su nombre pagano por el cristiano de Rollón o Roberto, aceptaba el arreglo de un matrimonio estratégico con una hija ilegítima del rey franco llamada Giselle (de la que poco más sabemos, y matrimonio que tampoco sabemos si se llegó a llevar a cabo ya que es un personaje que no se menciona en las fuentes francas, por lo que no sabemos hasta qué punto es verídico o es una invención de las fuentes escandinavas para redondear o exagerar el Tratado a favor de los vikingos), se convertía en vasallo del rey Carlos III y prometía defender la estratégica zona de Normandía del ataque de otros piratas vikingos a partir de entonces, cosa que – según las fuentes históricas – tuvo que hacer en varias ocasiones.
La única mujer oficial que encontramos en las crónicas francas es Poppa de Bayeux, a la que parece ser que secuestró al más puro estilo vikingo more danico, por lo que no sabemos hasta qué punto fue esposa o concubina. De la unión con Poppa proceden los descendientes conocidos de Rollón y, curiosamente, sus descendientes, los Duques de Normandía, fueron, tras la Batalla de Hastings en 1066, los reyes de Inglaterra.
En el año 922 Carlos III el Simple fue depuesto por Roberto I, hecho ante el cual Rollón y sus hombres consideraron zanjado y finiquitado su juramento para con Carlos III y los acuerdos del Tratado. Por ello comenzaron a expandirse hacia el oeste desde los territorios que les había cedido el anterior monarca franco; las zonas de Le Mans, Bayeux, Bessin, Picardía… Rollón comenzó a dividir estas tierras entre sus hombres y éstos comenzaron a casarse con las mujeres de la zona – dando inicio a unja nueva generación de hombres diferenciados ya de los vikingos, los Normandos – y estableció la capital de sus dominios en Ruan. Rollón había conseguido un nuevo hogar. Esta región se convirtió en el nuevo Ducado de Normandía, también llamando Northmannorum o Nortmanni, que significaba “hombres del norte” y era como se conocía a los vikingos en la zona y él se convertía en el primer Duque de Normandía, al menos en la teoría. En la práctica no sabemos si sus hombres – y el resto – le llamaron así o le consideraron con este título. Es probable que el ahora Rollón fuese simplemente conocido como jarl de los normandos, entendidos como hombres del norte, o como jarl de los normandos del Sena y que el título de Duque de Normandía surgiese generaciones después, sin embargo, es indiscutible que con él se inició la línea dinástica de los Duques de Normandía, un título que, como tal, sí encontramos a partir del siglo XI. No se sabe exactamente el año en el que murió, pero sí que esto sucedió entre el 927 y el 933 en Eu. En el año 927 Rollón cedió sus dominios a su hijo Guillermo I de Normandía, uno de los hijos que tuvo con Poppa de Bayeux (no confundir con el duque de Normandía de nombre Guillermo que en el año 1066 venció a los anglosajones en la Batalla de Hastings en Inglaterra e inició la conquista del país, ya que éste fue Guillermo I, pero de Inglaterra, y Duque de Normandía). A su hija Gerloc o Adela de Normandía la casó con Guillermo III de Aquitania y Poitiers. El historiador Adhemar de Chabannes (988 – 1034) afirmó que en el momento en el que Rollón fue consciente de que se acercaba la hora de su muerte ordenó, en un ataque de locura, que decapitasen a cien prisioneros cristianos en honor a sus anteriores dioses paganos a los que creía que había abandonado. Parece ser que cuando recuperó la cordura, y sabedor del impacto que había causado lo que había hecho, ordenó repartir cien libras de oro – una fortuna para la época – entre las iglesias cristianas de su territorio para honrar al dios cristiano que había aceptado como único y verdadero al convertirse y bautizarse[7].
Por último, un detalle de ponerse así como un poco quisquilloso, es el hecho de que Floki le diga a Rollo dónde está su alma, cuando el alma es un concepto que los vikingos dudo que tuviesen. Os explico.
El término alma o ánima (del latín anima) se refiere a una entidad inmaterial que poseen los seres vivos. La descripción de sus propiedades y características varía según diferentes tradiciones y perspectivas filosóficas o religiosas. De acuerdo con la tradición religiosa judeocristiana, el alma (heb. נפש, néfesch; gr. ψυχή, psykhḗ) es la principal cualidad identificatoria del movimiento en la materia viviente, haciendo de ella un no-moviente (inerte) a un moviente, independiente del desplazamiento ajeno. El alma es un término que conocemos en la filosofía clásica – Grecia y Roma –, antes de eso en la cultura Egipcia y, evidentemente, en el mundo judeocristiano. En otras culturas como la asiática, la africana, y la americana, encontramos un concepto Alma analógicamente similar al concepto desarrollado por las religiones del grupo judeo-cristiano (incluyendo el Islam) y la filosofía europea (como por ejemplo la religión védica). También en el mundo budista[8]. Sin embargo, no tenemos referencias de este concepto en el mundo germano, del que proceden los vikingos, no al menos en el sentido y con el significado al que se está refiriendo Floki.
Y en Mercia pasamos a la siguiente escena que – como casi siempre que aparece Kwenthrith –, es un despropósito. Vemos que ésta habla con Ragnar, al que le duele la herida que se llevó de regalo en el costado, con una lanza, en la batalla del capítulo anterior, y le dice que si quiere puede aliviarle el dolor. Ragnar acepta y ésta le pide que se acueste, se pone sobre él y le orina en la herida. Que la orina tiene propiedades curativas y que en aquella época se utilizaba, no lo vamos a poner en duda, pero que la princesa es toda una princesa de su tiempo…. Tampoco nos queda duda alguna. Nótese la ironía. Lo interesante de la escena es que Ragnar le avisa que su hermano es débil – y un poco tontete, para qué nos vamos a engañar – y que será su perdición. Ella le dice que sabe que Egberto quiere poder sobre ella y sobre Mercia y lo que hará posteriormente al llegar a Wessex nos demostrará que, además de una “loca del coño” (como dice un buen amigo mío y me vais a permitir al expresión tan campechana, pero es que creo que nadie lo habría dicho mejor) es más mala que un dolor de muelas. Tras esto, Ragnar con esa expresión tan suya le dice que le vuelve a doler y ésta se vuelve a recostar sobre él. No sabemos, porque no nos lo deja muy claro la escena, y es que a la princesa le entran ganas de hacer pis con la rapidez del que lleva diez pintas en un bar o es que ahí ha habido tema.
Wessex. Corte del rey Egberto.
Y donde sí ha habido tema es entre Judith y Athelstan y ella parece muy enamorada, pero no así Athelstan, que decidirá regresar a Escandinavia con Ragnar y no quedarse con ella, como ella le pedirá. Pero es que la historia pinta mal, huele mal y acabará mal, ¿no os parece?
Y regresan los vikingos y en el barco, mientras llegan podemos ver cómo Kwenthrith habla con su hermano Burgerd “Al que le falta un hervor” y le dice que Egberto el perdonará, que no pasará nada, y que gobernarán juntos Mercia en amor, compañía, abrazos, flores y piruletas. En fin.
Más interesante es al conversación que tiene lugar también en el barco entre Rollo y Ragnar, cuando Rollo le dice lo preocupado que está Floki por el tema de los dioses, del cristianismo y demás, vamos, de lo que ya hemos hablado largo y tendido. Ragnar le pregunta a Rollo “¿Qué límites puso Odín a su curiosidad?” y le da a entender que si él está explorando, curioseando e intentando llegar a sus objetivos, Odín no puede estar enfadado con él. Con la curiosidad de Odín a lo que se refiere Ragnar es a que éste dios es el dios de la victoria, de la guerra, de la violencia en algunos casos, pero también es el dios de la sabiduría y de la magia. Es un dios que, para conseguir todo su conocimiento, no dudó en arriesgarse; sacrificó uno de sus ojos en el pozo de Mimir, para de este modo poder acceder a la sabiduría de los años y para aprender el arte de las runas y de la adivinación, se colgó de árbol Yggdrasil, atravesado por su lanza Gungnir durante nueve días y nueve noches, en un sacrificio en el que se entregaba él mismo. ¿Está Ragnar otra vez comparándose con Odín? Ya vimos en temporadas pasadas que decía ser hijo de este dios. Como curiosidad, nótese la ironía o casualidad de que Odín sea un dios atravesado por su lanza y que Ragnar, en la batalla, haya sido herido por una.
Y mientras tanto, vemos como en la corte de Egberto parece ser que Lagerhta y el rey de Wessex se lo han estado pasando muy bien en un retoce interreligioso (parece que éste es el capítulo de los quiquis) y le pide que se quede con él. Ella le dice que aunque no sea una reina, ella es un earl (y volvemos a lo que os contaba en análisis anteriores, earl no es un título vikingo, es inglés y posterior a esa época y no sé por qué se empeñan en llamar a unos jarl y a otros earl cuando, si son vikingos, todos son jarls) y tiene que volver a su pueblo con su gente. Aunque le espera sorpresita, según parece. Lo mejor de la escena, para mí, es la inteligencia que demuestra cuando le dice que, aunque ha disfrutado mucho su estancia y el sexo, se ha dado cuenta de que la única persona por la que vela Egberto es por sí mismo. La cara del rey, es para aplaudir.
Y por fin llegan el ejército que había estado en Mercia y se produce el reencuentro; Ethelwulfo se reencuentra con su padre Egberto – muy orgulloso de su hijo – y le dice que su mujer le ha echado muchísimo de menos, pero que ha encontrado en Athelstan un gran consuelo rezando por su pronto regreso. Yo no sé si Egberto no se entera de nada o que en realidad es un cachondo y esta es la corte menos cristiana y más orgiástica que ha habido jamás en el orbe cristiano. Y me decanto por lo segundo, no se vosotros. ¡¡Y han rescatado a El Sevilla!! Aparece en escena de nuevo Aelle de Northumbria, el “padre” de Judith, esto es, el consuegro de Egberto y el suegro de Ethelwulfo. Esto en la serie, porque ya os conté que en la “historia real” no iba así la cosa. Podéis leerlo leyendo los personajes de Aelle y Ethelwulfo pinchando sobre los nombres.
Y Egberto también se reencuentra con Kwenthrith y con Burgerd el tontito, y Egberto el magnánimo le perdona la vida y pretende dejar que ambos gobiernen juntos Mercia. Lo interesante de esta escena es, de nuevo, el anacronismo que History Channel se marca. Si os fijáis, Kwenthrith llama a Egberto Sir. Pues bien, sir es una palabra que deriva del francés medio que, a su vez, deriva del francés antiguo sieur, que a su vez proviene del latín senior, significando señor mayor con cierto estatus. La palabra sir entra en el idioma inglés tras la invasión normanda de Inglaterra en el año 1066 (normandos de Normandía, Francia, no de vikingos) y se produce una mezcla de idioma y cultura que llega hasta el día de hoy. No es hasta el año 1297 cuando la palabra sir se empieza a emplear como título de honor para distinguir caballeros, barones o personas de muy alto rango. En resumidas cuentas, que Kwenthrith es una visionaria y está llamando sir a Egberto nada más y nada menos que casi 500 años antes.
El encuentro entre Ragnar y Lagertha es interesante también, sobre todo cuando ambos se confiesan que se han beneficiado a la parte inglesa “por el bien común”. Aunque es cierto que los vikingos tenían una moral sexual mucho más laxa que los cristianos, no sé hasta qué punto esta serie no se está convirtiendo en una orgía cristiano-vikinga. Porque, no la hemos visto porque HBO en EEUU censura besos lésbicos y tetas, pero no sangre y vísceras (como censuró en la primera temporada el desnudo de Helga y como lo hizo en la segunda con la escena del trío entre Aslaug, Ragnar y Lagertha), pero hay una escena cortada de esta misma escena en la corte en la que Lagherta y Kwenthrith se besan. Porque a Kwenthrith le va todo, no hay problema. Yo os dejo el vídeo, por si queréis verlo.
Y la escena en sí misma de la fiesta en la corte es de lo más interesante por todo lo que ocurre en ella;
Primero, Floki ve a Judith y a Athelstan besarse y vuelve a decirle a Rollo que los dioses están muy enfadados y que no va a traer nada nuevo la situación. Segundo, por las conversaciones entre Ragnar y el rey Egberto, Ragnar podemos ver que sabe perfectamente cómo es Egberto y qué planes tiene para Mercia. Me ha resultado una escena muy curiosa a la par que divertida por las posturas y las caras que ponen ambos. El tándem Ragnar-Egberto me encanta.
Tercero, porque Athelstan – tras hablar con un Ragnar ataviado con un yelmo de los Tercios de Flandes (gran anacronismo el de los yelmos sajones…) – decide que su destino está con él y no con Egberto, cosa que no parece gustarle demasiado al rey de Wessex.
Cuarto, por el momento Rollo con cara de corderito degollado hablando con Lagertha y diciéndole que no entiende cómo se fía de haber dejado Hedeby en manos de Kalf; aunque ella le dice que se fía de él (cosa que ya sabemos que no va a salir nada bien).
Por último, mención especial a Kwenthrith envenenando a su hermano, al más puro estilo romano (no sé si eso de estar en unas termas romanas le ha imbuido del espíritu romano). Lo que sí es cierto es que es una escena peculiar ya que en un mundo cristiano la acción de la princesa, tan descarada y a la vista de todos no tiene ningún sentido y no quedaría impune. Como tampoco lo tiene que ella sea la nueva reina de Mercia, por varias razones; la primera, porque históricamente ya sabéis que Kwenthrith no fue jamás la reina de ese reino, y la segunda porque en aquella época y lugar, las mujeres no gobernaban.
[1] http://es.wikipedia.org/wiki/Astrid_Eiriksdotter
[2] http://es.wikipedia.org/wiki/Gar%C3%B0ar%C3%ADki
[3] http://es.wikipedia.org/wiki/Olaf_I_de_Noruega
[4] SAN JOSÉ BELTRÁN, LAIA. Quiénes fueron realmente los vikingos. Un estudio sobre la historia y cultura del pueblo escandinavo entre los siglos VIII y XI. Quarentena Ediciones, Barcelona, 2015. (texto extraído de).
[5] SAN JOSÉ BELTRÁN, LAIA. Quiénes fueron realmente los vikingos. Un estudio sobre la historia y cultura del pueblo escandinavo entre los siglos VIII y XI. Quarentena Ediciones, Barcelona, 2015. (texto extraído de).
[6] SAN JOSÉ BELTRÁN, LAIA. Quiénes fueron realmente los vikingos. Un estudio sobre la historia y cultura del pueblo escandinavo entre los siglos VIII y XI. Quarentena Ediciones, Barcelona, 2015. (texto extraído de).
[7] SAN JOSÉ BELTRÁN, Laia. Vikingos. Una guía histórica de la serie de History Channel. Quarentena Ediciones, Barcelona, 2014.
[8] http://es.wikipedia.org/wiki/Alma
BIBLIOGRAFÍA.
La bibliografía que he utilizado para este apartado es enormemente extensa, ya que he ido utilizando todo aquello que llevo investigado hasta la fecha. Por ende, mencionarla entera sería demasiado largo por lo que, si estáis interesados en algún punto en concreto de todo lo que he dicho, decídmelo y os daré las referencias bibliográficas exactas.
Puedes consultar además (contiene partes):
- SAN JOSÉ BELTRÁN, Laia. Vikingos. Una guía histórica de la serie de History Channel. Quarentena Ediciones, Barcelona, 2014.
Muchísimas gracias por el aporte a los que vemos la serie, primera vez que entro al blog y me lo he leído todo!, me ha sorprendido lo de Rollo, sí, te adelantaste 🙂
Gracias!! Muy buen comentario del capítulo, hace como un año que leo tu blog y me encanta, ya he encontrado otro personaje que es una inexactitud histórica en el capítulo siguiente (existió pero no en ese determinado momento cronológico), seguro que no te cuesta nada encontrarlo ^_^
Acabo de ver el último capítulo de esta temporada… Qué rara! Unos primeros capítulos extraños y los últimos más “historicistas” vamos a decir, con un montón de dudas y cosas a comentar. La evolución de algunos personajes, algunos que parece que se diluyen, otros que siguen fieles a sí mismos (cómo me gusta el personaje de Lagertha)…
Deseando leer tus interpretaciones, aunque ya sé que preparar estas entradas tan completas te lleva un montón de trabajo, viendo además cómo te lo curras. Gracias!
Me encantan tus comentarios y blog!Por comentar,hubo mujeres que gobernaron como regentes en algunos reinos de la edad media.Esperamos los siguientes analisis.
Muchísimas gracias, me alegra mucho que te gusten 🙂 Sí que las hubo en otros reinos, sí, pero constancia de que lo hiciesen los vikingos en sus territorios o constancia de la propia princesa/reina de Mercia que aparece en la serie no, por eso lo apunto simplemente 😛
Bueno, que decir de este capítulo que tu no hayas dicho.
Lo único es que a las mujeres las ponen cada vez como más “sueltas” (ya no sólo a las sajonas) y esta temporada va a degenerar en orgía o en paln romano bacanal
Lo que comentas de que el errante Harbard sea Odín, no voy a corregir a la experta ni mucho menos pero tan malvado es Odín que cada vez que alivia el dolor de un niño tiene que matar a alguien?
La verdad es que este capítulo ha sido muy rarito en muchos aspectos
Acabo de encontrar tu blog y me encanta. Es muy interesante tu análisis del capítulo y toda la información histórica que proporcionas.Yo ya me olía que Harbard era Odín. ¿Habrá hecho una parada en Kattegat para certificar la afinidad que Ragnar siente hacia él? Lo mismo solo quería dejar su “semilla” por allí, es lo que a mi me ha parecido. Un saludo.
Buenisimo aporte felicidades a la narradora muy bien explicado.
Me encanta tu blog y que compartas todos tus conocimientos, sos el claro ejemplo de que nunca se termina de aprender! El problema es que después de 40 minutos de episodio me cuelgo leyendo tu resumen del capitulo y a este ritmo nunca voy a terminar de ver esta serie y se me van a caer los ojos en el intento!!!!!!! AYUDAAA!!!!
Buenas!
Acabo de llegar a este excelente blog preguntándole al oráculo de la gran G sobre la identidad de “el errante”. Encarnado, por cierto, por un actor que borda los papeles de personajes inquietantes y delirantes como es Kevin Durand. Seguro que a más de uno/a le ha sonado…
Al lío! Debo admitir que tenía otra teoría sobre la identidad de “el errante”, y es que si bien Odín interactua con los humanos, hay otro dios que también suele aparecer de repente, cambiar cosas de la vida de las personas y volver a desaparecer. En este caso un dios más oscuro, que otorga a la vez que reclama. El detalle del tipo de personajes que suele interpretar el actor (parecen buenos y poco a poco se van volviendo locos), y los hechos macabros ocurridos siempre después de los buenos actos de “el errante” con el hijo de Aslaug, me han hecho pensar en Loki dando vida a cambio de otra.
Como digo, esa era mi teoría antes de leer tus argumentos. El dios errante que vaga por el mundo buscando y difundiendo sabiduría no es otro que Odín. Ese detalle es ya de por sí esclarecedor, pero más lo es cuando “el errante” cuenta su primera historia del castillo de los gigantes. Dice que le retan a beberse el cuerno y luego a luchar contra la vieja. Cuando cuenta que el cuerno, en realidad, estaba conectado con el océano y que lo había vaciado un poco, y que la vieja era la mismísima vejez, Siggy le dice que eso de baviar los océanos solo puede hacerlo Odín y “el errante” dice entonces que él es Odín, aunque luego, tran una mirada atónita de las tres mujeres, corrige sus palabras y dice que no, pero que el estaba allí siendo testigo de aquello.
Es todo un poco sutil, pero él mismo confirma su identidad durante el capítulo. Lo que me ha despistado es el tema de las muertes inexplicables o por qué no ayuda a Siggy en el lago… Aunque siendo Odín el “padre de todo”, supongo que también hay que interpretar que las cosas malas del mundo humano, también forman parte de ese “todo”.
Grata sorpresa la de este blog. Me ha encantado!
Un saludo.